miércoles, 13 de mayo de 2009

Anónimos – Miguel Sanfeliu

Miguel Sanfeliu (Santa Cruz de Tenerife, 1962), es administrador de uno de los blogs más interesantes que frecuento, CIERTA DISTANCIA.
Anónimos ha sido publicado por la editorial Traspiés en su colección de libros ilustrados Vagamundos. Las ilustraciones incluidas en la presenta edición pertenecen al autor de los textos.

Tan pronto el lector se introduce en las páginas iniciales de Solo —el primero de los cuatro cuentos agrupados en este libro— se ve arrastrado por una fuerza centrípeta, forzado a seguir la trayectoria de una narración que avanza sobre un camino circular. A medida que iba leyendo el relato vislumbraba que en cualquier momento la historia iba a regresar al principio, pero no esperaba la sorpresa final que con tanto ingenio el autor lo liquida. Miguel Sanfeliu ha jugado a confundirnos. Presenta un personaje —dibujante de historietas— tan obsesivamente entregado a su trabajo que hasta él mismo pasa a formar parte de la ficción que maneja, aunque rápidamente nos surge la duda entre invención y realidad. Se nos presentan varios mundos paralelos, una historia que como muñecas rusas en su interior alberga una nueva historia, y ésta a su vez a otra. Y el lector se sumerge en todas ellas sin saber cual de todas prevalecerá. De idéntica manera crea el autor dos mundos en el último relato, Renacer, en el que se cuenta el conflicto de identidades surgido entre dos hermanos gemelos, por otra parte nada fuera de lo común si salvamos la fantasía de que uno de ellos jamás ha llegado a nacer.

El tono absorbente del primer cuento se prolonga hasta el siguiente, titulado como el conjunto, Anónimos, donde un periodista que está recibiendo mensajes en los que se le amenaza de muerte consigue sobreponerse a la angustia inicial y decide pasar al ataque, “pasar de víctima a verdugo”, y empieza a testimoniar en sus artículos la situación opresiva en que se encuentra inmerso, lo que conlleva, contrariamente al resultado esperado por el protagonista, un recrudecimiento de las amenazas y una situación final —que no voy a desvelar— que obliga a nuestro héroe a capitular, entregándose no a su propio destino, sino al destino que imponga el autor de las amenazas, a la fortuna que seguro acabará sonriendo a su enemigo en el momento de acertar con la bala que le dedique.

No puedo manifestar ninguna preferencia hacia alguno de estos cuatro cuentos porque los cuatro —incluso El campeón de Arequipa que en principio se presenta como el menos fantástico del volumen, pero rápidamente adquiere tintes épicos y por lo tanto, como toda hazaña heroica, también acaba adornado con trazas de idealismo— alcanzan cotas elevadas de calidad. Algunas de las muchas bondades del libro se corresponden con su atmósfera opresiva, casi angustiosa, diseñada hábilmente, y cuyos cimientos se encuentran tanto en los argumentos de las historias como en el ritmo vertiginoso que el autor imprime. Miguel Sanfeliu demuestra con este debut literario que es un escritor concienzudo y diestro. Sabe hacia dónde debe encaminarse, adónde quiere llegar. En el breve texto que abre el libro a modo de prólogo el autor afirma haber “encontrado en la literatura la vía de escape que necesitaba para huir de la realidad, para seguir adelante”. Sus relatos devienen —demostrado queda— en un excelente método para la evasión, las historias que nos cuenta lo consiguen; respecto a lo segundo, a lo de “seguir adelante”, que siga, que siga, aquí lo espero, a este lado de los libros, del lado de los lectores que no se conforman sólo con cuatro cuentos, del lado de los que se han quedado con la miel en los labios, con ganas de más, mucho más, esperando sus próximas historias.

martes, 12 de mayo de 2009